Yellow Tail. El canguro que conquistó América

By 10 mayo, 2013Cata2

A la venta en 40 países -se producen 100 millones de litros de vino al año- se ha convertido en la cuarta marca de vinos más importante del mundo y en la segunda más vendida en los Estados Unidos. Imagen atractiva, precio ajustado –unos siete euros en España-, grandes campañas de publicidad y suavidad, dulzor y sencillez. Producido por la gigantesca Casella Wines en el suroeste australiano: Yellow Tail, el canguro que conquistó América. Si traducimos el nombre al español es posible que suene a enfermedad fúngica de los órganos sexuales masculinos, así que lo dejaremos en inglés.

Una muestra del extenso catálogo de Yellow Tail

Los fundadores de Casella Wines, Filippo y María Casella, abandonaron Sicilia en 1957 y llegaron a Australia buscando una vida mejor. En 1965 compraron una granja en el pueblo de Yenda, a unos 500 kilómetros de Sydney, y comenzaron a vender su producción de uva a elaboradores locales. En 1969 decidieron crear su propia bodega y se dedicaron a producir vino en grandes cantidades para otras empresas. Tras modestos éxitos comerciales en los años noventa, Casella wines, liderada por John Casella, lanzó en el año 2000 la ya mítica marca Yellow Tail. Una bonita historia de éxito familiar, digna de un telefilme de sobremesa de esos que puede resultar sólo un poco más entretenido que una etapa llana del Tour de Francia. Siesta con sonrisa estúpida y cojín húmedo garantizada.

La enorme bodega de Casella Wines

Vamos a comentar hoy el gran éxito de la casa, el shiraz, con el que la marca alcanzó el estrellato pocos años después de su primera aparición. Abrimos la botella y comenzamos.

Granate oscuro de capa media-alta y ribete rubí. Nariz algo herbácea y pelín láctica de inicio. Notas de caramelo de regaliz –orozús-, humo de cigarrillo y néctar de bayas negras. Si tuviera que definir los aromas en una sola palabra lo único que se me ocurriría sería “sintético”. A pesar de que los aromas me parecen algo extraños, en conjunto resultan agradables. En boca es menudo, delgado, breve y con final extrañamente dulce que hace pensar en néctar de arándanos con alcohol. La estructura tánica es confusa; la astringencia aparece y desaparece con rapidez inusitada. Poca acidez.

Estamos ante un vino sencillo y bien hecho; bien fabricado. Es agradable y fácil de beber. Catándolo con interés se puede intuir que se trata de un producto con una fuerte intervención en su elaboración. Sabemos que se utilizan técnicas de micro-oxigenación y chips de roble durante la fermentación, pero no podemos saber la cantidad de correcciones que se practican con los mostos. El caso es que el conjunto general deja, para el muy aficionado a esto del vino, una impresión de artificiosidad, una cualidad de sintético que hace que no resulte plenamente satisfactorio. Por el mismo precio, o incluso a precios inferiores, podemos encontrar superventas españoles de calidad como Borsao, Campo Viejo o Cune, por citar algunos.

Lo mejor que puede usted hacer es comprar una botella del canguro –no le costará mucho encontrarlo- y formarse su propia opinión. La etiqueta es atractiva y, si se lo ofrece a sus invitados como un vino exótico procedente de la lejana Australia, es posible que sea un éxito. Pruebe eso que recomienda la contra-etiqueta de tomarlo ”frente a un fuego rugiente“ a ver si después hay buen sexo. Puede utilizar el cargador de gasolina del Zippo para crear el ambiente adecuado. Si nos lo cuenta aquí le estaremos agradecidos.

Por cierto, aunque sea un vino de shiraz no se parece en absoluto a nada del Ródano.

 

9 Comentarios

  • Los fundadores de Casella Wines, Filippo y María Casella, abandonaron Sicilia en 1957 y llegaron a Australia buscando una vida mejor. En 1965 compraron una granja en el pueblo de Yenda , a unos 500 kilómetros de Sydney, y comenzaron a vender su producción de uva a elaboradores locales. En 1969 decidieron crear su propia bodega y se dedicaron a producir vino en grandes cantidades para otras empresas. Tras modestos éxitos comerciales en los años noventa, Casella wines, liderada por John Casella, lanzó en el año 2000 la ya mítica marca Yellow Tail. Una bonita historia de éxito familiar, digna de un telefilme de sobremesa de esos que puede resultar sólo un poco más entretenido que una etapa llana del Tour de Francia. Siesta con sonrisa estúpida y cojín húmedo garantizada.

  • JOSELUI dice:

    Y yo que pensaba que allí sólo había canguros y tiburones.
    Habrá que probarlos.

  • Carlos.M.I dice:

    En el carreful los encontrarás

  • Lorenzo Alconero dice:

    Pues el cangurito parece que ha dado un salto, si no de calidad, aún por ver, desde luego sí de precio. http://www.wine-searcher.com/m/2013/10/yellow-tail-producer-launches–100-range

    El mencionado salto, en los tiempos que corren, parece más bien un cuádruple salto mortal. Pero no se preocupen sus señorías, el plan B parece ser el lanzamiento de una… ¡sangría! En fin, se veía venir.

    • Carlos.M.I dice:

      He intentado imaginar, por hacer una comparación, a García Carrión sacando un vino de 100 euros y en mi mente no ha funcionado.

      Supongo que tendrán más que estudiado el mercado de EEUU y habrán visto un hueco para ese «1919» de alta gama. Veremos cómo les sale. Si algo saben es vender y, si la Reserva Federal sigue como hasta ahora imprimiendo dinero sin control, habrá de sobra para comprar toda la producción.

  • […] el que quiera saber más sobre ‘esto’, pongo el enlace de Enoarquía (http://enoarquia.com/yellow-tail-el-canguro-que-conquisto-america/), web fundamental para todos los aficionados al vino. Yo ya me he extendido bastante más de lo […]

  • Iris dice:

    Acabo de ver un documental sobre el proceso de fabricación de la marca Casella y me he quedado estupefacta, parecía mas una fábrica de cola barata que de vino. Vel éxito comercial de algo así me entristece mucho, sabiendo el amor, la dedicación y la extraordinaria cultura y calidad del vino español. A mi que no se apenas del mundo del vino, pero que he visitado bodegas españolas no me hace falta ni probar algo de esa marca australiana para saber que no debería ni catalogarse como vino. Francamente al vino español le hace falta mas autoestima y salir de una vez a conquistar el mundo porque lo que se hace aquí es extraordinario.

    • Carlos.M.I dice:

      Ciertamente, al vino se le nota su «procesamiento». Deja una sensación artificiosa. El secreto de su triunfo puede estar en su azúcar residual, en que es más similar a un zumo de arándanos con alcohol que a otra cosa y también en el hecho de que es de trago muy largo.
      Muy fácil y accesible para un público poco exigente y poco acostumbrado al consumo de vino.
      Respecto a lo que se hace en España… pues se hace de todo: lo mejor y peor. También hay vinos de producción industrial sonrojante.

  • Rabin de la mora dice:

    Solo que no es un canguro. Es un walabí de las rocas de patas amarillas. Por eso el nombre de yellow tail.

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